Y hoy, ¿qué toca?

Vimos diferentes formas de caminar, y con nuestras parejas nos imitamos el uno al otro por nuestra forma de andar.

Nos sentimos diferentes porque cada uno camina de forma distinta, y como nos imitamos los unos a los otros, sentimos que éramos nuestro compañero. Por ejemplo, yo me sentí diferente ya que camino más tiesa y mi compañera más relajada.

También me sentí incómoda y creo que no fuí la única. Hubo un ejercicio en el que nos sentamos y uno por uno íbamos caminando delante de todos y los demás te observaban. Eso fue raro.

Creo que lo hicimos porque Soren quería que por un momento dejáramos de ser nosotros mismos y intentaramos ser otra persona. Esto es difícil de hacer, ya que casi nadie ha hecho teatro.

Autora: Lara Parés

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