Des de Laura Llaneli EN RESiDÈNCiA a l’Institut Barres i Ones
Al principio, susurramos. Como si el aire nos pesara en la lengua, como si temblara en nuestras bocas la posibilidad de ser escuchados. El murmullo apenas rozaba los oídos, un roce fugaz, una sombra de voz. Porque así hablamos a veces, bajito, con miedo a que nunca nos escuchen, pero con más miedo a que …