Sesión abierta
Este día fue el gran día, el día de la muestra. Era un miércoles 5 de febrero. Antes de hacerla, tuvimos una hora para ensayar y calentar. Hicimos un mata conejos , un juego que nos gusta mucho, ya que es dinámico y nos parece que nos activa el cuerpo y luego, repetimos varias veces la muestra, para que todo saliese sobre ruedas.



A las 13:30h, cuando acabaron todos los profes de hacer sus clases, acudieron a la convocatoria en el gimnasio. Nos vieron en nuestro sitio inicial. Se sentaron, supongo que con mucha curiosidad porque sus caras lo mostraban. Cuando estuvieron todos, la mediadora, Mónica, explico el proyecto y cuando acabo, todas nos fuimos detrás del escenario, desde donde teníamos que salir.





Esperamos aproximadamente 5 minutos hasta que nos dieran la salida. Los profes intentaban mirar a los lados, esperando encontrar que estábamos haciendo o cualquier otra pista. Luego, empezamos tirando una pelota, y momentos después empezamos a salir. Estabamos muy nerviosos por el hecho de que quizás se nos olvidaba el baile o cualquier otra cosa que pudiera haber pasado en la obra.



En el momento del baile a algunos les dio mucha vergüenza porque captaba todas las miradas, además, había un momento en el que una compañera cambiaba de baile y se quedaba sola haciendo otra cosa y tenía miedo de que creyesen que se había equivocado, aunque como después más gente se le unía al baile eso rompía la premisa del error.



Al terminar el baile brasileño hacíamos una especie de improvisación: movíamos unos bancos y cantábamos miau, miau, miau, miau. A este grupo se le unió un coro y empezó un desfile al que nos acabamos sumando todos.



Creemos que algunas partes se hicieron largas y no estuvieron bien enlazadas. Lo peor fue que en el coro se escuchaban muchas risas y quedó bastante mal, pero es que era muy gracioso y nos pudo el momento.






Cuando acabamos, hicimos una presentación sobre nuestras sensaciones, con esta optativa, qué pensábamos, qué hacíamos y cuál era nuestro destino.
Cuando finalizó, les teníamos un pica-pica montado, para poder compartir con ellos y que nos dieran sus opiniones. Para nosotras este fue el mejor momento, porque los profesores se nos acercaban a decirnos que lo habíamos hecho genial y que les gustó lo cual fue reconfortante, porque, al final, ellos fueron los que lo vieron desde fuera, y nos dieron mucha fuerza y valor para las siguientes muestras. Lo podemos hacer mucho mejor y las partes que les gustaron seguramente las podríamos conservar.
Luego, nos llamaron que ya habían llegado las pizzas, porque ese día nos quedaríamos a comer en el gimnasio todos juntos. Este día nos gustó mucho, aunque ensayar y repetirlo todo se hace un poco aburrido. Entendemos que es necesario, así que no pasa nada.