En esta sesion fuimos con Lautaro de excusión a la Caldera, un espacio cultural destinado a la creación de danza.

Salimos de aquí a las 9:00 y cogimos el metro, para llegar a les Corts, una parada del final de la línea verde.
Al llegar, nos soprendió que tenía el aspecto de un atiguo cine. Entramos y nos acomodaron en una sala diáfana en la que no había ni butacas ni sillas. Nos dijieron que nos sentaramos en un sitio cualquiera, en el suelo. Parece que la obra la venía a ver más chicos y chicas de otros colegios e institutos. Nosotros aprovechamos para apoyarnos en la pared y estar más cómodos.

De repente, un señor, con un micrófono, preguntó a alguien al azar que qué era “molar”. Y después hizo preguntas relacionadas con la felicidad.
Después entendimos que era QUIM BIGAS ya que empezó a bailar. Junto con la música pudimos observar algunos vídeos que iban apareciendo en una pantalla. Se movió por todos los lados: dio vueltas, saltos, y se fue colgando de unas barandillas que había al fondo.

Después cogió una botella de agua, bebió y se la tiró por encima. Realmente era muy chocante, parecía que se había vuelto loco.

Despues empezó a acercase a gente y les gritaba delante.

Después, emepezó a sacar carteles con mensajes positivos como “Molamos un montón”.

También empezó a correr por allí hasta que el momento que indicó con los brazos que se apartaran algunas personas de en medio y se creó un camino hacia la puerta que había en la parte posterior por la que desapareció.

Estuvimos un rato esperando a ver qué pasaba y parece ser que había dado la vuelta por fuera del edificio y volvió a entrar por la puerta principal. Sacó el micro y volvió a hacer las preguntas del principio.
La actuación acabó con un coloquio y descubrimos que llevaba en esta profesión 10 años, entre otras cosas muy interesantes.

Ha sido, sencillamente, ¡espectacular!